Disputar la Transición Energética

La temperatura media del planeta ha aumentado 1.1 °C respecto a los niveles preindustriales (1850-1900), alcanzando el ritmo de calentamiento más rápido de los últimos 2000 años. Este calentamiento, debido a las emisiones humanas de gases de efecto invernadero, está desencadenando impactos adversos en todo el mundo: olas de calor, sequías e inundaciones cada vez más frecuentes e intensas, pérdidas irreversibles en ecosistemas y desplazamientos humanos forzados. Cerca de 3500 millones de personas viven hoy en contextos altamente vulnerables, y la mortalidad por fenómenos extremos ya es quince veces mayor en las regiones más expuestas. Y el IPCC advierte: la ventana de oportunidad para garantizar un futuro habitable y sostenible para todos se está cerrando rápidamente.

Extremadura: del agravio a la acción

Desde hace años, la conversación pública en Extremadura gira con frecuencia en torno al agravio comparativo frente a las “regiones ricas”. Según este relato, Extremadura sería “la gran olvidada”, mientras otras regiones, principalmente Cataluña, progresan gracias al impulso del Estado.

El caso del movimiento ciudadano Milana Bonita ilustra bien este malestar extremeño. Surgido como respuesta al abandono ferroviario, el movimiento logró movilizar a miles de personas con una reivindicación justa y necesaria: un tren digno. Pero el marco simbólico que lo sostiene, la identificación con la Milana Bonita de Delibes, consolida una narrativa donde la ciudadanía extremeña aparece como víctima pasiva, dependiente de la voluntad ajena.